Nuestros estudiantes, “nativos digitales”, son una generación que nació en la era de la internet, de los smartphones, del mundo digital donde el conocimiento está a sólo un click. Ellos no diferencian entre el mundo virtual y el mundo real, es más el mundo virtual es parte de su mundo real.
Ante esta realidad, como docentes enfrentaremos el desafío de enseñar. Desde la docencia, debemos preguntarnos cómo provocar aprendizajes más profundos y acordes a los requerimientos de la sociedad actual. Surge además, otra interrogante relacionada con el cómo recuperar el entusismo por aprender.
Como maestros debemos tener la capacidad de provocar a nuestros estudiantes a aprender, instándolos a “utilizar al máximo sus capacidades cognitivas, afectiva, sociales y espirituales”, para ello, requerimos diversificar nuestras estrategias educativas, incorporar nuevas técnicas, nuevas tecnologías y por sobre todo involucrar a todos los estudiantes a ser actores activos de su propio aprendizaje desarrollando en ellos las habilidades del Siglo XXI.
Además, como equipo docente debemos seguir construyendo nuestra Comunidad de Aprendizaje mediante el dialogo reflexivo, el trabajo colaborativo, recordando las buenas prácticas, analizando la realidad actual de nuestros estudiantes, los nuevos desarrollos científicos y tecnológicos y, desde esa perspetiva generar los cambios metodológicos que permitan actualizar las prácticas de aula que faciliten avanzar en el logro de nuestra visión, la cual nos desafía a que nuestros estudiantes adquieran aprendizajes de calidad.