“y os daré pastores…, que os apacienten con ciencia y con inteligencia”
Jeremías 33:17
Este domingo 24 de junio, la Iglesia Metodista celebra el Día del Pastor, como una forma de reconocer la labor de quienes guían y conducen nuestras congregaciones. En nuestras instituciones educativas quien cumple la función de capellanía es un pastor o pastora, siendo este la persona nombrada por la iglesia para cumplir las labores pastorales de acompañamiento y guía espiritual.
La RAE define pastor (protestante) como un “eclesiástico o laico designado por la comunidad para su guía espiritual y gobierno”, este término surge de la tradición pastoral israelita, que era un pueblo que se dedicaba a la crianza de animales, principalmente cabras y ovejas. Los pastores de ovejas cumplen las funciones de asegurar que estas se alimenten, crezcan sanas y estén protegidas de los peligros de su entorno. En la biblia, de forma recurrente, se les llama pastores a los sacerdotes y líderes espirituales del pueblo de Israel, a ellos les corresponde cautelar que el pueblo de Dios, se conduzca y guíe según los cánones que él les ha establecido. Jesús, es el mayor ejemplo de pastor y es llamado el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas, estas prestan atención a su voz y lo siguen, es él quien las protege.
Quienes cumplen la labor de pastor en nuestras iglesias y colegios, han experimentado un llamado de Dios a cumplir la misión de servirle, según N. Díaz “el llamado más grande dado a una persona en la tierra, es el llamado a ser Pastor”.
Los pastores, en el ejercicio de su misión, comparten con nosotros el mensaje de Dios y nos entregan las enseñanzas destinadas a nuestro crecimiento espiritual. Su labor es compartir la palabra de Dios con cada uno de nosotros, así como también con aquellos que no creen o se resisten a Dios.
Cuando nos sentimos con angustias o “quebrantados de corazón”, muchas veces recurrimos a nuestros pastores para solicitarle un apoyo espiritual, recibiendo de parte de ellos, a través de sus palabras y oración el consuelo, ánimo y aliento que alivian y reconfortan nuestra alma.
Muchas veces recurrimos a nuestros pastores por nuestras necesidades y crisis, pero en esta ocasión especial, queremos dirigirnos a ellos para darle las gracias por su gestión y apoyo. En el caso particular de nuestro colegio, queremos agradecer a nuestra pastora por su dedicación y compromiso que entrega día a día a nuestros estudiantes, además, por el aliento y consuelo que nos brinda cuando recurrimos a ella.
¡Feliz día del Pastor!
